EL EVANGELIO DEL REINO DE LA VOLUNTAD DE DIOS
EVANGELIO 10 Abril, 2025 “Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día”
EVANGELIOS
Diana Patricia Cuartas Calderón
4/9/202513 min read


Abril 10, 2025
Lecturas del Día:
Primera Lectura: Génesis 17,3-9:
Serás padre de muchedumbre de pueblos.
Salmo 104:
El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
+ SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN
JUAN 8,51-59:
“En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre." Los judíos le dijeron: "Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?"
Jesús contestó: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría." Los judíos le dijeron: "No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?" Jesús les dijo: "Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo." Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.
PALABRA DE DIOS
GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS
LECTURA DE LOS EVANGELIOS DEL REINO ☀️
+ EL POEMA DEL HOMBRE DIOS:
El Evangelio como me ha sido Revelado: 30 sept. 1946:
“El Padre de los hombres es Dios. Abraham mismo es hijo del Padre universal. Pero muchos repudian al Verdadero Padre en cambio de uno que no es padre, pero que eligen como tal porque parece más poderoso y dispuesto a darles contento en sus deseos inmoderados. Los hijos hacen las obras que ven que sus padres hacen. Si sois hijos de Abraham ¿por qué no hacéis sus obras? ¿No las conocéis? ¿Queréis que os las enumere tanto en la realidad como en su símbolo? Abraham obedeció yendo al lugar que Dios le señaló, figura del hombre que debe estar pronto a dejar todo para ir a donde Dios lo mande. Abraham fue condescendiente con el hijo de su hermano y le dejó escoger la región que le gustó, figura del respeto de la libertad de acción y de la caridad que se debe tener para con nuestro prójimo. Abraham fue humilde después de que Dios lo eligió de entre todos y lo honró en Mambré, sintiéndose siempre nada en comparación del Altísimo que le había hablado, figura de la posición de Amor reverente que el hombre siempre debe tener para con su Dios. Abraham creyó y obedeció a Dios aun en las cosas más difíciles de creerse y penosas de realizarse; y para sentirse seguro no se hizo egoísta, sino que rogó por los de Sodoma. Abraham no se puso a hacer cuentas con el Señor, pidiendo una recompensa por sus muchas obediencias, sino que para honrarlo hasta el fin, hasta donde no más podías, le sacrificó su hijo amado…” “No lo sacrificó”. “Le sacrificó su hijo amado porque en verdad su corazón ya lo había sacrificado durante el camino. El ángel detuvo aquella obediencia. Cuando ya su corazón de padre se disponía a hendir el cuchillo en el corazón de su hijo. Iba a matar a su hijo para honrar a Dios. Vosotros le matáis a Dios el Hijo para honrar a Satanás. ¿Hacéis acaso las obras de quien llamáis vuestro padre? No. No las hacéis. Buscáis matarme porque os digo la verdad como la oí de Dios. Abraham no se comportó de este modo. No trató de apagar la voz que le llegaba del cielo, sino que la obedeció. No. Vosotros no hacéis las obras de Abraham, sino las que os indica vuestro padre.
“No hemos nacido de una prostituta. No somos bastardos. Tú mismo lo has dicho que el Padre de los hombres es Dios y nosotros, además, somos del Pueblo elegido, de las castas elegidas de entre este pueblo. Por esto nuestro único Padre es Dios”. “Si reconocéis a Dios por vuestro Padre en espíritu y en verdad, me amaríais porque de Él procedo y vengo. No vengo por Mí mismo, sino que Él me ha enviado. Por esto, si verdaderamente conociereis al Padre me conoceríais a Mí, su Hijo y vuestro hermano y Salvador. ¿Pueden los hermanos no reconocerse? ¿Pueden los hijos de un solo Padre no reconocer el lenguaje que se habla en casa? ¿Por qué entonces no comprendéis mi manera de hablar y no admitís mi palabra? Porque Yo Vengo de Dios y vosotros no. Vosotros abandonasteis la mansión paterna y habéis olvidado el rostro y el lenguaje de quien allí habita. Habéis ido voluntariamente a otras regiones, a otras mansiones, donde reina otro que no es Dios y donde se habla otro lenguaje. Y quien allí reina exige que para entrar se haga uno su hijo y se le obedezca. Vosotros lo habéis hecho y lo estáis haciendo. Vosotros abjuráis, renegáis de Dios, Padre, para escogeros otro padre que es Satanás. Tenéis por padre al demonio y queréis realizar lo que os sugiere. Los deseos del demonio son pecado y violencia, y los aceptáis. Desde el principio fue un homicida y no perseveró en la verdad porque él, que se reveló contra ella, no pudo tener en sí el amor por la verdad. Cuando habla, habla como es, en otras palabras, como un mentiroso, como un ser tenebroso, porque en verdad lo es y ha engendrado y parido la mentira después de haberse fecundado con la soberbia y alimentado con la rebelión. Toda la concupiscencia está en su seno, la escupe e inocula y envenena a las criaturas. Es el ser tenebroso, el escarnecedor, la maldita serpiente que se arrastra, es el oprobio, es el horror. En todos los siglos sus obras han atormentado al hombre, sus señales y frutos están ante la inteligencia de los seres humanos. Y pese a que miente y trae la ruina le escucháis, no me creéis y me llamáis pecador. ¿Quién de todos los que se han acercado a Mí, con odio o con amor, puede decir que me vio pecar? ¿Quién lo puede afirmar en verdad? ¿Dónde están las pruebas para convencerme a Mí y al creer en Mí, de que sea Yo un pecador? ¿En cuál de los diez mandamientos he faltado? ¿Quién ante el altar de Dios puede jurar de Haberme visto violar la Ley y las costumbres, los preceptos, tradiciones, oraciones? ¿Quién hay que pueda Hacerme enrojecer al Convencerme con pruebas de que He pecado? Nadie puede hacerlo. Ningún hombre, ningún ángel. Dios en el corazón de los hombres está gritando: “Él es Inocente”. Los que Me acusáis estáis más convencidos de ello que estos no saben a quién dar la razón si a Mí o a vosotros. Pero sólo el que es de Dios, escucha las Palabras de Dios. Vosotros no las escucháis aun cuando resuenen en vuestras almas día y noche, y no las escucháis porque no sois de Dios”.
“Nosotros, nosotros que vivimos para la Ley y la observamos en sus más insignificantes pormenores para honrar al Altísimo, ¿no somos hijos de Dios? ¿Te atreves a decirlo? ¡¡Ja!!” Parece que el horror los asfixia como si fuese un dogal. “¿Y no debemos decir que eres endemoniado y un samaritano?” “No soy ni una ni otra cosa, sino que honro a Mi Padre aunque lo neguéis para ofenderme. Vuestra ofensa no me causa dolor. No busco Mi gloria. Hay quien tiene cuidado de ella y juzga. Esto lo digo a quien trata de humillarme. Pero a quien tiene buena voluntad digo que el que acogiere Mi Palabra, o ya lo hubiere hecho, y supiere guardarla, no verá jamás la muerte”. “¡Ah, ahora vemos claramente que por tus labios habla el demonio que en Ti está! Tú mismo lo has dicho: “Él habla como un mentiroso”. Lo que acabas de decir no es más que una mentira, por esto, es del demonio. Abraham murió y también los profetas, pero Tú dices que quien observare Tu Palabra no verá la muerte jamás. ¿Tú nunca, pues, vas a morir?” “No moriré sino como Hombre, para resucitar en el tiempo de Gracia, pero como Verbo no moriré. La Palabra es Vida y no muere. Y quien acogiere la Palabra tendrá la Vida en sí y no morirá jamás, sino que resucitará en Dios porque Yo lo resucitaré”.
“¡Blasfemo! ¡Loco! ¡Demonio! ¿Eres más que nuestro padre Abraham que murió y que los profetas? ¿Quién pretendes ser?” “El Principio que os Hablo”. Se sucede una confusión inaudita. Entre tanto el levita Zacarías empuja poco a poco a Jesús hacia un ángulo del portal, ayudado por los hijos de Alfeo y por otros que tal vez no saben lo que están haciendo. Jesús apoyado bien contra el muro y con protección de sus más fieles delante de Él, al calmarse un poco la confusión, dice con su vigorosa y hermosa Voz, tranquila aun en los momentos de peligro: “Si Yo me glorifico por Mí mismo, Mi Gloria no tiene valor. Cada uno puede decir de sí lo que se le ocurre. Pero quien Me Glorifica es Mi Padre a Quien llamáis vuestro Dios, aun cuando lo es tan poco que no lo Conocéis ni jamás lo habéis Conocido, y no queréis Conocerlo por medio Mío que os Hablo porque lo Conozco; y si dijese no lo conozco para calmar el odio que Me tenéis, sería un mentiroso como lo sois al decir que lo conocéis. Yo sé que no Debo mentir por ninguna razón. El Hijo del hombre no debe mentir aun cuando el decir la Verdad fuere causa de su Muerte. Porque si el Hijo del hombre mintiese no sería ya verdaderamente Hijo de la Verdad, y la Verdad lo rechazaría de Sí. Como Dios y como Hombre Yo Conozco a Dios. Como Dios y como Hombre Guardo sus Palabras y las observo. ¡Oh, Israel, reflexiona! Yo soy Aquel en Quien se Cumplen las Promesas. Reconóceme por lo que Soy. Abraham vuestro padre suspiró por ver Mi día. Lo vio, proféticamente, por un favor de Dios y saltó de gozo. Vosotros que en realidad lo estáis Viviendo…” “¡Pero cállate! ¿No tienes aún cincuenta años y dices que Abraham te Vio y que Tú lo viste?” Sus carcajadas de befa se propagan como una onda de veneno o de ácido que corroe. “En Verdad, en Verdad os Digo que antes de que Abraham naciera, Yo existo”. “¿‘Yo existo’? Sólo Dios puede decir que existe, porque es eterno. ¡No Tú, blasfemo! ¡‘Yo existo’! ¡Blasfemia! ¿Acaso eres Dios Tú, para decirlo?” Estos gritos los lanza uno que debe ser un gran personaje y que, llegado hace poco, se ha acercado ya a Jesús, porque todos los demás le dejan el paso por respeto. “Tú lo has dicho” responde Jesús con Voz que truena. Todo se convierte en armas de quien odia. Mientras que el último que ha interrogado a Jesús se entrega a gestos de un horror escandalizado y arranca la capucha de la cabeza, se mesa la cabellera y la barba; se suelta las fibias que detienen su vestido al cuello, como si se sintiese morir de horror; se lanzan contra el Maestro puñados de tierra, piedras, que los vendedores de palomas y de otros animales emplean para que estén tensos los lazos, pero que no le llegan, pues está muy atrás, sino a la multitud que rodea y que impreca… Zacarías, el levita, da un fuerte empujón a Jesús, único medio para hacerlo llegar a una puertecita baja, escondida en la muralla del pórtico y pronta a abrirse. Lo empuja junto con los dos hijos de Alfeo, Juan, Mannaén y Tomás. Los otros se quedan afuera, en medio de la confusión. El rumor llega hasta la galería, entre las poderosas murallas de piedra, que no sé cómo se llamen en arquitectura. Las piedras están como empotradas, las largas sobre las menos largas y viceversa. No sé si me explico bien. Son oscuras, grandes, cinceladas toscamente, se distinguen sólo gracias a estrechas aberturas que hay arriba, para dejar que entre el aire o hacer que el lugar sea menos tenebroso. Es una estrecha galería que no sé para qué sirva, pero me da la impresión de que da la vuelta completa a todo el pórtico. Tal vez la construyeron para protección, defensa, para que fuese doble, y por tanto más resistente, la muralla de los pórticos que son como otra muralla del propiamente dicho templo, esto es, del Santo de los Santos. Mejor dicho, no sé. Digo lo que veo. Se percibe humedad, esa humedad que no sabe uno si es fría o no, como en ciertas bodegas. “¿Y qué vamos a hacer aquí?” pregunta Tomás. “¡Cállate! Me dijo Zacarías que vendrá y que nos estuviésemos callados y quietos” responde Tadeo. “¿Pero… puede uno fiarse?” “Así lo creo”. “No temáis, el levita es bueno” dice Jesús para tranquilizarlos.”
¡FIAT!
+ EL EVANGELIO DE NUESTRA MADRE CELESTIAL:
LA REINA DEL CIELO EN EL REINO DE LA DIVINA VOLUNTAD,
Visita Celestial Día 27:
“Ahora, tú debes saber que la luz de la Divina Voluntad me hacía ver cómo malamente y con cuánta ingratitud trataban a mi Hijo. Su paso lo dirigió hacia Jerusalén, su primera visita fue al templo santo, en el cual comenzó la serie de sus predicaciones. Pero, ¡ah, qué dolor! su palabra llena de vida, portadora de paz, de amor y de orden, era escuchada y malamente interpretada, especialmente por los doctos y sabios de aquellos tiempos, y cuando mi Hijo decía que era el Hijo de Dios, el Verbo del Padre, Aquél que había venido a salvarlos, lo tomaban tan a mal, que con sus miradas furibundas lo querían devorar. ¡Oh! cómo sufría Mi Amado Bien Jesús, su Palabra Creadora, rechazada, le hacía sentir la muerte que daban a su Palabra Divina, y Yo era toda atención, toda ojos para mirar aquel Corazón Divino que sangraba y le ofrecía mi materno corazón para recibir las mismas heridas, para consolarlo y darle un apoyo en el acto en que estaba por sucumbir. ¡Oh! cuántas veces después de haber interrumpido su Palabra lo veía olvidado por todos, sin que ninguno le ofreciera un descanso, solo, solo, fuera de los muros de la ciudad, en despoblado, bajo el cielo estrellado, apoyado en un árbol, lo Veía Llorar, Orar por la salvación de todos. Y tu Mamá hija querida, desde mi Casita lloraba junto, y en la Luz del Fiat Divino le mandaba mis Lágrimas como alivio, mis Castos Abrazos y mis Besos para Reconfortarlo.”
¡FIAT!
EL EVANGELIO DEL REINO DE LA VOLUNTAD DIVINA
Vol. 14-1 Febrero 4, 1922:
“El Amor errante y rechazado da en sollozos de llanto”
(2) “Hija Mía, Quiero un refrigerio a mis Llamas, Quiero Desahogar mi Amor, pero mi Amor es rechazado por las criaturas. Tú debes saber que Yo al Crear al hombre, puse fuera de dentro de mi Divinidad, una cantidad de Amor que debía servir como vida primaria de las criaturas para enriquecerse, para sostenerse, para fortalecerse, y para ayuda en todas sus necesidades; pero el hombre rechaza este Amor, y mi Amor va errante desde que fue creado el hombre y gira siempre sin detenerse jamás, y rechazado por uno corre a algún otro para darse, y como es rechazado rompe en llanto, así que la incorrespondencia forma el llanto del Amor. Ahora, mientras mi Amor va errante y corre para darse, si ve a uno débil, pobre, rompe en llanto y le dice: “¡Ay! si no me Hicieras Andar errante y me hubieras dado alojo en tu corazón, habrías estado fuerte y nada te faltaría”. Si ve a otro caído en la culpa, rompe en sollozos diciéndole: “¡Ay! si me hubieras Dado entrada en tu corazón no habrías caído”. Ante aquél otro que ve arrastrado por las pasiones, ensuciado de tierra, el Amor llora y sollozando le repite: “¡Ay! si hubieras tomado mi Amor, las pasiones no tendrían vida en ti, la tierra no te tocaría, mi Amor te bastaría para todo”. Así que en cada mal del hombre, pequeño o grande, ÉL tiene un sollozo y continúa Yendo errante para Darse al hombre, y cuando en el huerto de Getsemaní se presentaron todos los pecados delante de Mi Humanidad, cada culpa tenía un sollozo de mi Amor, y todas las Penas de mi Pasión, cada Golpe de flagelo, cada Espina, cada Llaga, eran acompañados por el sollozo de mi Amor, porque si el hombre me hubiera amado, ningún mal le podía venir; la falta de Amor ha germinado todos los males y también Mis mismas Penas.”
¡FIAT!
REPARACIÓN A JESÚS
LAS 24 HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Un fragmento de la Hora 6: 10 a.m
2ª. Hora de Agonía en el Huerto de Getsemaní:
«¡Padre, si es posible pase de Mí este cáliz, pero no se haga mi Voluntad sino la Tuya»” (Lc 22,42) Ya es la segunda vez que oigo esto de mi Dulce Jesús, ¿pero qué cosa me hace entender con este: «Padre, si es posible pase de Mí este cáliz» Oh Jesús, se te hacen presentes todas las rebeliones de las criaturas; aquel «Fiat Voluntas Tua» que debía ser la vida de cada criatura, lo ves rechazado por casi todas, y en vez de encontrar la vida encuentran la muerte; y Tú Queriendo Dar la vida a todas y hacer una solemne Reparación al Padre por las rebeliones de las criaturas, por tres veces Repites: «Padre, si es posible pase de Mí este cáliz», es decir, que las almas sustrayéndose de Nuestra Voluntad se pierdan; este cáliz para Mí es muy amargo, pero no se haga mi Voluntad, sino la Tuya. Pero mientras Dices esto, es tal y tanta Tu amargura que desfalleces, agonizas y estás a punto de Dar el último respiro. Oh mi Jesús, mi Bien, ya que estás entre mis brazos quiero también yo junto Contigo, repararte y compadecerte por todos los pecados que se cometen contra Tu Santísimo Querer, y al mismo tiempo suplicarte que en todo yo haga siempre Tu Santísima Voluntad. Tu Voluntad sea mi respiro, mi aire; Tu Voluntad sea mi latido, mi corazón, mi pensamiento, mi vida y mi muerte. Pero, ah, no Mueras, ¿adónde iré sin Ti? ¿A quién me dirigiré? ¿Quién me dará ayuda? ¡Todo terminará para mí! Ah, no me dejes, tenme como quieras, como más te plazca, pero tenme Contigo, siempre Contigo; jamás sea que por un solo instante quede separada de Ti. Déjame endulzarte, repararte y compadecerte por todos, porque veo que todos los pecados, de cualquier especie que sean, pesan sobre Ti. Por eso, Amor mío, beso tu Santísima Cabeza, pero, ¿qué veo? Veo todos los malos pensamientos, y Tú sientes horror de ellos. A Tu Santísima Cabeza cada pensamiento malo es una espina que te hiere acerbamente. Ah, ante esto es nada la corona de espinas que te Pondrán los judíos; cuántas coronas de espinas te Ponen sobre Tu Cabeza Adorable los malos pensamientos de las criaturas, tantas, que la sangre te chorrea por todas partes, por la Frente, de entre los Cabellos. Jesús, te compadezco y quisiera ponerte otras tantas Coronas de Gloria, y para endulzarte te ofrezco todas las inteligencias angélicas y Tu misma Inteligencia, para ofrecerte una compasión y una reparación por todos.”
GLORIA PATRI
ET FILIO ET SPIRITUI SANCTO
SICUT ERAT IN PRINCIPIO ET NUNC ET SEMPER
ET IN SAECULA SAECULORUM
AMEN.
FIAT / La llamada de Dios a la criatura a la vocación del amor.
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