EL EVANGELIO DEL REINO DE LA VOLUNTAD DE DIOS ☀️ Abril 11, 2025
“Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos”
EVANGELIOS
4/11/20258 min read


EL EVANGELIO DEL REINO DE LA
VOLUNTAD DE DIOS
“Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos”
Abril 11, 2025
LECTURAS DEL DÍA:
Primera Lectura: Jeremías 20,10-13:
El Señor está conmigo, como fuerte soldado
Salmo 17:
En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó
+ SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN
JUAN 10,31-42:
En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: "Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?" Los judíos le contestaron: "No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios." Jesús les replicó: "¿No está escrito en vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre."
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad." Y muchos creyeron en él allí.
PALABRA DE DIOS
GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS
LECTURA DE LOS EVANGELIOS DEL REINO:
+EL POEMA DEL HOMBRE DIOS:
El Evangelio como me ha sido Revelado, 9 diciembre 1946
“Furiosos los judíos se mueven como abejas, prontos a picar, fastidiados de fingirse buenos. Jesús no se preocupa de ello. Levanta su voz para dominar el avispero y grita: “Me preguntasteis que quién soy, ¡hipócritas! Dijisteis que era porque queríais saberlo para estar seguros. Y ahora decís que Juan fue el último profeta. Dos veces os condenáis por mentira. La primera porque decía que no habéis jamás rechazado las palabras de los verdaderos profetas, la segunda porque al afirmar que Juan es el último de los profetas y que creéis en los verdaderos profetas, me excluís a Mí aún como profeta y profeta verdadero. ¡Bocas mentirosas! ¡Corazones falaces! En verdad, en verdad, aquí en la casa de mi Padre proclama que soy más que un profeta. Retengo lo que el Padre me ha dado. Lo que el Padre me ha dado es más precioso de todo y de todos porque es una cosa sobre la que el querer y poder de los hombres no pueden poner sus manos rapaces. Retengo lo que Dios me ha dado y que aunque esté en Mí, siempre está en Dios, y nadie puede arrebatarlo de las manos de mi Padre, ni de las Mías porque la Naturaleza Divina es igual. Yo y el Padre somos una sola cosa”. “¡Ah, horror! ¡Blasfemia! ¡Anatema!” El aullido de los judíos retumba por el Templo, y una vez más las piedras que usan los cambistas y vendedores de animales para tener en orden sus lugares, pueden servir de proyectiles, listos para lanzarse. Pero Jesús se yergue con los brazos cruzados sobre el pecho. Sube sobre un banco de piedra para ser más visible y desde allí los domina con los rayos de sus ojos de zafiro. Domina y fulgura. Es tan majestuoso que los paraliza. En lugar de lanzarle las piedras, las echan a un lado o las conservan en la mano, pero sin atreverse a lanzárselas. Aún los aullidos se calman envueltos en un temor extraño. Es propiamente Dios quien mira en Jesús. Y cuando Dios mira así, el hombre, aun el más protervo, empequeñece, se espanta. Me pongo a pensar en qué habrá consistido el misterio por el que los judíos pudieron ser tan crueles en el Viernes Santo. En qué habrá consistido no haberse manifestado un tal dominio en Jesús en ese día. Verdaderamente fue la hora de las tinieblas, la hora de Satanás, y solo ellos reinaron… La Divinidad, la Paternidad de Dios abandonó a su Mesías, y Él no fue más que la Víctima… Jesús sigue en esta posición por unos segundos. Luego continúa hablando a esta turba vendida y vil, que ha perdido toda su valentía ante una Mirada Divina: “¡Pues bien! ¿Qué queréis hacer? Me preguntasteis que Quién Soy. Os lo he dicho. Os habéis puesto furiosos. Os he Recordado lo que he Obrado, os he Hecho ver y Recordar muchas Obras buenas que Brotan de Mi Padre y que he Realizado con el Poder que Me Viene de Él. ¿Por Cuál de estas Obras Me queréis apedrear? ¿Por haber Enseñado la justicia? ¿Por haber Traído a los hombres la Buena nueva? ¿Por haber Venido a Invitaros al Reino de Dios ¿Por haber Curado a vuestros enfermos, Dado vista a vuestros ciegos, Movimiento a los paralíticos, Palabra a los mudos, Libertad a los poseídos, Vida a los muertos, Bien a los pobres, Perdonado a los pecadores, Amado a todos, aun a los que Me odian, a vosotros y a los que os enviaron? ¿Por Cuál, pues, de estas Obras Me queréis aprender?”
“No es por las buenas obras que has hecho, que te queremos lapidar, sino por tu blasfemia, porque siendo hombre, te haces Dios”. “¿No está escrito en vuestra Ley: ‘Yo dije: vosotros sois dioses e hijos del Altísimo?’ Ahora bien, si Dios llamó ‘dioses’ a quienes habló, al haber dado una orden: la de vivir de modo que su semejanza e imagen que existen en el hombre, aparezcan claras y que el hombre no sea ni demonio ni animal; si los hombres son llamados ‘dioses’ en la Escritura, palabra inspirada de Dios, y por lo tanto, no puede modificarse, ni anularse según los caprichos e intereses del hombre, ¿por qué me echáis en cara que blasfeme, a Mí a Quien el Padre ha Consagrado y Enviado al mundo, tan solo porque he Dicho: ‘Soy Hijo de Dios’? Si no Hiciera las Obras de Mi Padre, tendríais razón de no creer en Mí. Pero las Hago. Vosotros sois quienes no queréis creer en Mí. Creed por lo menos en estas obras, para que sepáis y reconozcáis que el Padre está en Mí y Yo en Él”. El huracán de gritos y de violencia ruge con mayor fuerza. De una de las terrazas del Templo, en que se habían escondido sacerdotes, escribas y fariseos, graznan muchas voces: “Apoderaos de ese blasfemo. Su culpa es ya pública. Todos hemos oído. ¡Muerte al blasfemo que se proclama Dios! Dadle el mismo castigo que al hijo de Salimit de Dabri. ¡Llévesele fuera de la ciudad y lapídese! Tenemos todo el derecho. Escrito está: ‘El blasfemo es reo de muerte”. Los gritos de los jefes azuzan la ira de los judíos, que tratan de apoderarse de Jesús y de entregarlo maniatado a los magistrados del Templo, que acuden, seguidos de las guardias del Templo.”
¡FIAT!
+ EL EVANGELIO DE NUESTRA MADRE CELESTIAL
LA REINA DEL CIELO EN EL REINO DE LA DIVINA VOLUNTAD, Fragmento de la Visita Celestial Día 27:
“Hija mía, se puede decir que fueron los pobres pastores los que con sus visitas lo recibieron al nacer, y son los pobres los que lo siguieron en los últimos años de su Vida acá abajo, hasta su Muerte, porque los pobres, los ignorantes, son más simples, menos apegados a su juicio y por eso son los más favorecidos, los más benditos y los más predilectos de mi querido Hijo, tanto, que escogió a pobres pescadores por apóstoles, como columnas de la Iglesia futura.”
¡FIAT!
+EL EVANGELIO DEL REINO DE LA VOLUNTAD DIVINA
Vol. 28-17 (5) Julio 9, 1930.
(5) “Pero te digo que los conocimientos sobre mi Divina Voluntad no quedarán sepultados, ellos son parte de mi Vida Divina, y como Vida no están sujetos a morir, a lo más podrán quedar escondidos, pero morir jamás, porque es decreto de la Divinidad que el reino de mi Divina Voluntad sea conocido, y cuando Nosotros decretamos no hay potencia humana que nos pueda resistir, a lo más será cuestión de tiempo. Y a pesar de las oposiciones y juicios en contra de estas personas competentes, Yo me haré camino, y si éstos con sus juicios querrán sepultar tanto bien y tantas Vidas Divinas de mis verdades, Yo los pondré a un lado y me Haré Camino, disponiendo a otras personas más humildes y simples, y más fáciles para Creer en Mis Modos admirables y múltiples que Yo uso con las almas, y con su simplicidad, en lugar de encontrar cavilaciones y dificultades, reconocerán como Don de cielo lo que Yo he Manifestado sobre Mi Divina Voluntad, y éstos me Servirán admirablemente para propagar en el mundo los Conocimientos sobre Mi Fiat. ¿No sucedió lo mismo en mi venida sobre la tierra? Los sabios, los doctos, las personas de dignidad no quisieron escucharme, es más, tenían vergüenza de acercárseme, su doctrina les hacía creer que Yo no podía ser el Mesías prometido, de modo que llegaron a odiarme y Yo los hice a un lado y escogí humildes, simples y pobres pescadores, los cuales me creyeron y me serví admirablemente de ellos para formar mi Iglesia y propagar el gran bien de la Redención. Así haré de mi Divina Voluntad, por eso hija mía, no te abatas al oír tantas dificultades que ponen, y no nos separemos en nada de lo que pasa entre tú y Yo, y sigue haciendo lo que te he enseñado que hagas en mi Divina Voluntad. Yo nada dejé de hacer de lo que debí hacer para la Redención, a pesar de que no todos me creyeron, todo el mal quedó para ellos, a Mí me Convenía hacer Mi Curso que había establecido hacer por Amor de las criaturas. Así harás tú, sigue tu abandono en Mi Divina Voluntad y tus actos en Ella, y Yo no te Dejaré, Estaré siempre Junto contigo”.
¡FIAT!
REPARACIÓN A JESÚS
LAS 24 HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REPARACIÓN CON EL LIBRO DE CIELO
Vol. 13-35 Noviembre 22, 1921:
“Hija mía, la pena que más me traspasó en mi Pasión fue el fingimiento de los fariseos, fingían justicia y eran los más injustos; fingían santidad, legalidad, orden, y eran los más perversos, fuera de toda regla y en pleno desorden, y mientras fingían honrar a Dios, se honraban a sí mismos, su propio interés, su propia conveniencia, por eso la Luz no podía entrar en ellos, porque sus modos fingidos les cerraban las puertas, y el fingimiento era la llave que a doble giro de cerradura, cerrándola a muerte, obstinadamente impedía aún cualquier resplandor de Luz, tanto que Pilatos, idólatra, encontró más Luz que los mismos fariseos, porque todo lo que él hizo y dijo no partía del fingimiento, sino a lo más del temor, y Yo me Siento más atraído hacia el pecador más perverso, no fingido, que hacia aquellos que son más buenos, pero fingidos. ¡Oh!, cómo me da repugnancia quien aparentemente hace el bien, finge ser bueno, reza, pero por dentro anida el mal, el propio interés, y mientras los labios rezan su corazón está lejano de Mí, y en el mismo acto de hacer el bien piensa cómo satisfacer sus pasiones brutales. Además, el hombre fingido en el bien que aparentemente hace y dice, no es capaz de dar Luz a los demás, habiéndole cerrado las puertas a la Luz, así que obran como demonios encarnados, que muchas veces bajo aspecto de bien atraen al hombre, y éstos viendo el bien se dejan atraer, pero cuando van en lo mejor del camino los precipitan en las culpas más graves. ¡Oh! cómo son más seguras las tentaciones bajo aspecto de culpa, que aquellas bajo aspecto de bien, así es más seguro tratar con personas perversas, que con personas buenas pero fingidas, ¿cuánto veneno no esconden, cuántas almas no envenenan? Si no fuera por los fingimientos y todos se hicieran conocer por lo que son, se quitarían las raíces del mal de la faz de la tierra, y todos quedarían desengañados”.
GLORIA PATRI
ET FILIO ET SPIRITUI SANCTO
SICUT ERAT IN PRINCIPIO ET NUNC ET SEMPER
ET IN SAECULA SAECULORUM
AMEN.
FIAT / La llamada de Dios a la criatura a la vocación del amor.
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