EL EVANGELIO DEL REINO DE LA VOLUNTAD DE DIOS ☀️ SÁBADO SANTO Abril 19, 2025
"¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? ".
EVANGELIOS
4/17/202515 min read


EL EVANGELIO DEL REINO DE LA
VOLUNTAD DE DIOS
☀️
“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?”
SÁBADO SANTO
Abril 19, 2025
LECTURAS DEL DÍA:
Primera Lectura: Génesis 1:1--2:2
1 1En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. 3Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. 4Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; 5y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día primero. 6Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras.» 7E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue. 8Y llamó Dios al firmamento «cielos». Y atardeció y amaneció: día segundo. 9Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco»; y así fue. 10Y llamó Dios a lo seco «tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó «mares»; y vio Dios que estaba bien. 11Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra.» Y así fue. 12La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien. 13Y atardeció y amaneció: día tercero. 14Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; 15y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue. 16Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; 17y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, 18y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. 19Y atardeció y amaneció: día cuarto. 20Dijo Dios: «Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste.» 21Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien; 22y bendíjolos Dios diciendo: «sed fecundos y multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra.» 23Y atardeció y amaneció: día quinto. 24Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.» Y así fue. 25Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba bien. 26Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. 27Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. 28Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.» 29Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento. 30Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.» Y así fue. 31Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardecío y amaneció: día sexto. 2 1Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, 2y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
Salmo 104:1-2, 5-6, 10, 12-14, 24, 35
1¡Alma mía, bendice a Yahveh! ¡Yahveh, Dios mío, qué grande eres! Vestido de esplendor y majestad, 2arropado de luz como de un manto, tú despliegas los cielos lo mismo que una tienda, 5Sobre sus bases asentaste la tierra, inconmovible para siempre jamás. 6Del océano, cual vestido, la cubriste, sobre los montes persistían las aguas; 10Haces manar las fuentes en los valles, entre los montes se deslizan; 12sobre ellas habitan las aves de los cielos, dejan oír su voz entre la fronda. 13De tus altas moradas abrevas las montañas, del fruto de tus obras se satura la tierra; 14la hierba haces brotar para el ganado, y las plantas para el uso del hombre, para que saque de la tierra el pan, 24¡Cuán numerosas tus obras, Yahveh! Todas las has hecho con sabiduría, de tus criaturas está llena la tierra. 35¡Que se acaben los pecadores en la tierra, y ya no más existan los impíos! ¡Bendice a Yahveh, alma mía!
1¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor! 2¡Diga la casa de Israel: que es eterno su amor! 16excelsa la diestra de Yahveh, la diestra de Yahveh hace proezas!» 17No, no he de morir, que viviré, y contaré las obras de Yahveh; 22La piedra que los constructores desecharon en piedra angular se ha convertido; 23esta ha sido la obra de Yahveh, una maravilla a nuestros ojos.
Segunda Lectura: Romanos 6:3-11
3¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? 4Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. 5Porque si hemos hecho una misma cosa con él por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección semejante; 6sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él, a fin de que fuera destruido este cuerpo de pecado y cesáramos de ser esclavos del pecado. 7Pues el que está muerto, queda librado del pecado. 8Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, 9sabiendo que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, y que la muerte no tiene ya señorío sobre él. 10Su muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre; mas su vida, es un vivir para Dios. 11Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
+ SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 24:1-12:
1El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. 2Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, 3y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. 5Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? 6No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: 7"Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite. "» 8Y ellas recordaron sus palabras. 9Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. 10Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. 11Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían. 12Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.
PALABRA DE DIOS
¡GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS!
LECTURA DE LOS EVANGELIOS DEL REINO ☀️
+ EL POEMA DEL HOMBRE DIOS:
El Evangelio como me ha sido Revelado: 2 y 5 abril 1944
26. “María debe anular a Eva”
Dice Jesús: “La pareja Jesús-María es la antítesis de la pareja Adán-Eva. La primera está destinada a anular todo lo que hicieron Adán y Eva, y devolver al linaje humano al punto en que fue creado: rico en gracias y en todos los dones que el Creador le dio. La raza humana se ha encontrado con una regeneración total por obra de la pareja Jesús-María que son sus nuevos fundadores. Todo el tiempo pasado ha sido borrado. El tiempo y la historia del hombre empiezan desde este momento en que la nueva Eva, por un cambio de creación, saca de su seno inmaculado, por obra del Señor Dios, al nuevo Adán. Para cancelar la obra de los dos primeros, causa de mortal enfermedad de perpetua mutilación, de empobrecimiento, aun más, de pobreza espiritual –porque después del pecado de Adán y Eva se vieron despojados de todo lo que el Padre les había dado, riqueza infinita- han tenido los Segundos qué obrar en todo y completamente de modo opuesto a como procedieron los primeros. Por esto llevaron la obediencia hasta la perfección que se aniquila y se inmola en la carne, sentimiento, pensamiento, voluntad para aceptar todo cuanto Dios quiere. Por esto llevaron la pureza a una castidad absoluta por la que la carne… ¿qué significó para Nosotros, los dos puros, la carne? Un velo de agua sobre un espíritu triunfante, una caricia de viento sobre el espíritu que era rey, cristal que aísla al espíritu-señor y no lo corrompe, impulso que levanta y no peso que oprime. Esto fue la carne para Nosotros. Menos pesada y sensible que un vestido de lino, sustancia leve interpuesta sobre el mundo y el esplendor del “yo” sobrenatural, medio para realizar lo que Dios quería, y no otra cosa. ¿Fue nuestra amor? Ciertamente. El “perfecto amor” fue nuestro. No es, hombres, amor de hambre de los sentidos que os empuja a saciaros de la carne. Esto es lujuria, no otra cosa. Y tanto es verdad que al amaros de este modo –pensáis que es amor- no sabéis compadeceros, ayudaros, perdonaros. ¿Qué es, entonces, vuestro amor? Es odio. Es sólo un delirio paranoico que os empuja a preferir el sabor de alimentos pútridos al alimento sano, fortalecedor de sentimientos nobles. Poseemos el “perfecto amor”, Nosotros, los castos perfectos. Este amor abraza a Dios en el cielo y unido con Él –como las ramas unidas al tronco del cual se nutren- se extendía y bajaba la tierra y sobre sus habitantes en forma de reposo, de refugio, de alimento, de consuelo. Ninguno es excluido de este amor. No los que se parecen a nosotros, ni los inferiores; no la naturaleza vegetal, ni las aguas, ni los astros. Ni siquiera los malos están excluidos de este amor, porque, aunque miembros muertos, son para siempre miembros del gran cuerpo de lo Creado, y por esto en ellos vemos la santa imagen del Creador -sucia y afeada por su maldad- que los creó a su imagen y semejanza. La Escritora marca que son las 5 ¼ del día. Alegrándonos con los buenos, llorando sobre los no-buenos, orando (amor práctico que se expresa con rogar y obtener protección para quien se ama) y suplicando por los buenos para que fuesen siempre mejores y así pudieran acercarse siempre más a la perfección del Bueno que nos ama desde el cielo, suplicando por los vacilantes entre la bondad y lo malo para que se fortaleciesen y pudiesen persistir en su santo camino, orando por los malvados para que la Bondad hablase a su espíritu, los aterrorizase, tal vez, con un rayo de poder, pero los convierte al Señor su Dios. Nosotros amamos, como ningún otro ha amado. Llevamos el amor a la cumbre de la perfección para llenar con nuestro océano de amor el abismo que por la falta de él abrieron los primeros padres que se amaron más que a Dios, queriendo conseguir lo que lícitamente no les era permitido: ser superiores a Dios. Por esto, a la pureza, obediencia, caridad, desapego de las riquezas terrenales: carne, poder, dinero, el trinomio de Satanás, opuesto al trinomio de Dios: fe, esperanza y caridad; por esto el odio, a la lujuria, ira, soberbia: las cuatro pasiones perversas, antítesis de las cuatro virtudes santas: fortaleza, templanza, justicia, prudencia, tuvimos qué juntar un práctica constante de todo lo que era opuesto al modo con que obró la pareja Adán-Eva. Teniendo en cuenta nuestro querer ilimitado, fue posible hacerlo, pero el Eterno sabe cuánta heroicidad fue necesaria en determinados momentos y en determinados casos. No quiero hablar más de mi Madre, ni de Mí. De la nueva Eva que rechazó, desde sus tiernos años, lisonjas de Satanás para seducirla a que mordiese el fruto, y saborear la dulzura que hizo necia a la compañera de Adán. Quiero hablar de la nueva Eva, que no sólo había rechazado a Satanás, sino que lo venció aplastándolo con su querer de obediencia, de amor, de caridad tan inmensas que el Maldito quedó aplastado y domado. ¡No, Satanás no puede erguirse bajo el calcañal de mi Virgen Madre! Babea, echa espuma, ruge, blasfema. Pero su baba cae al suelo; su aullido no toca la atmósfera que rodea a mi Santa, que no percibe el hedor, ni las carcajadas diabólicas; no ve y no puede, la baba asquerosa de la Serpiente eterna porque las armonías celestiales y los celestiales Aromas enamoradas le rodean, rodean su hermosa y santa persona y porque sus ojos, más puros que el lirio y más enamorados que los de una tórtola, miran sólo a su eterno Señor de quien es Hija, Madre y Esposa. Cuando Caín mató a Abel, la boca de su madre profirió las maldiciones que su corazón separado de Dios, le inspiraba contra su prójimo más cercano: contra el hijo de sus entrañas que Satanás profanó y que hizo tan feas por su deseo desenfrenado. Esa maldición fue la mancha en el reino de lo moral humano, como el crimen de Caín la mancha en el reino del hombre arrastrado de sus instintos bestiales. Sangre sobre la tierra, sangre que mano fraterna derramó. La primera sangre que –como imán milenario- atrae toda sangre que mano humana derrama, extrayéndola de las venas del hombre. Maldición contra la tierra, maldición que la boca del hombre profirió. Como si la tierra no fuera ya maldita por causa del hombre que se rebeló contra su Dios y no hubiese tenido qué saborear los cardos y espinas, la dureza de los terrones del campo, las sequías, granizadas, heladas, calores. La tierra que había sido creada perfecta y a la que ayudaban todos los elementos para que fuese una habitación cómoda y bella al hombre, su rey. María debe anular a Eva. María ve al segundo Caín: a Judas. María sabe que es el Caín de su Jesús, del segundo Abel. Sabe que la sangre de este segundo Abel fue vendida por ese Caín y que ya se derrama. Pero no maldice. Ama y perdona. Ama y llama. ¡Oh, maternidad de María, mártir! ¡Maternidad sublime, virginal y divina! Dios te dio esta segunda como don. Pero de tu maternidad de mártir tú, Madre santa, Corredentora, te hiciste don porque tú, tú supiste, en aquella hora, decir, con el corazón quebrantado por los azotes que me habían herido mi cuerpo, a Judas aquellas palabras. Tú, Tú eres la que supiste en aquella hora, cuando sentías ya que la cruz te partía el corazón, amar y perdonar. María: la nueva Eva. Ella os enseña la nueva religión que empuja el amor a perdonar a quien mata a un hijo. No seáis como Judas que cierra su corazón a esta Maestra de la gracia y pierde toda esperanza diciendo: “Él no me puede perdonar” poniendo en duda las palabras de la Madre de la Verdad y por lo tanto las mías que había Yo repetido siempre, Yo que había dicho que había venido a salvar, y no a destruir. A perdonar a quien, arrepentido, se acercaba a Mí. María, la nueva Eva, tuvo de Dios un nuevo hijo14 “en lugar de Abel a quien había matado Caín”. No tuvo una hora de brutal alegría que adormece el dolor bajo el influjo de los vapores de los sentidos y el cansancio de la fatiga. Lo tuvo en una hora de dolor total, a los pies de un patíbulo, entre los estertores de su Hijo moribundo, entre los improperios de una gentuza deicida y en una soledad inmerecida y total porque Dios tampoco la consolaba. La vida nueva para el linaje humano y para cada uno de los hombres empieza con María. Vuestra escuela está en su virtud, en su modo de vivir. En su dolor, que tuvo todas las facetas, aun la de perdonar al asesino de su Hijo, está nuestra salvación”. Dice Jesús: “Un día te hablaré de nuevo de Caín y de los primeros padres. Hay mucho qué decir y meditar”.
¡FIAT!
+ EL EVANGELIO DEL REINO DE LA VOLUNTAD DIVINA:
Vol. 29-17 (2) Mayo 19, 1931
(2) “Hija mía, mi amor no se extinguió por la caída del hombre, sino que se encendió de más, y si bien mi justicia justamente lo castigó y lo condenó, mi amor besando mi justicia, sin dejar pasar un solo instante prometió el futuro Redentor y dijo a la serpiente engañadora con el imperio de mi potencia: ‘Tú te has servido de una mujer para arrancarme al hombre de mi Divina Voluntad, y Yo por medio de otra mujer que tendrá en su poder la potencia de mi Fiat, abatiré tu orgullo, y con su pié inmaculado te aplastará la cabeza’. Estas palabras quemaron más que el mismo infierno a la serpiente infernal, y encerró tanta rabia en su corazón, que no podía estar más quieto, no hacía otra cosa que girar y girar la tierra para descubrir a Aquella que debía aplastarle la cabeza, no para hacérsela aplastar, sino para poder con sus artes infernales, con sus astucias diabólicas, hacer caer a Aquella que debía derrotarlo, debilitarlo, y atarlo en los oscuros abismos. Por eso por cuatro mil años anduvo siempre girando, y cuando veía mujeres más virtuosas y buenas, armaba su batalla, las tentaba en todos los modos, y sólo las dejaba cuando se aseguraba, por medio de cualquier debilidad o defecto, que no era Aquella por medio de la cual debía ser derrotado, y seguía su girar. Entonces vino la Celestial Criatura que le aplastó la cabeza, y el enemigo sentía tal potencia en Ella, que lo arrojaba por tierra y no tenía la fuerza de acercársele; esto lo consumía de rabia y ponía todas sus armas infernales para combatirla, ¡pero qué! Hacía por acercarse y se sentía paralizado, se sentía romper las piernas y obligado a retroceder, y desde lejos espiaba sus admirables virtudes, su potencia y santidad, y Yo para confundirlo y hacerlo dudar le hacía ver a la Soberana Celestial, sus cosas humanas, como el tomar alimento, el llorar, el dormir y las demás cosas, y él se persuadía de que no era Aquella, porque siendo tan poderosa y santa no debía estar sujeta a las necesidades naturales de la vida, pero después volvía a dudar y quería regresar al ataque, pero en vano. Mi Voluntad es potencia que debilita todos los males y todas las potencias infernales, es luz que se hace conocer por todos, y donde Ella reina hace sentir su potencia, que ni siquiera a los mismos demonios les es posible desconocer, por eso la Reina del Cielo era y es el terror de todo el infierno. Ahora la serpiente infernal siente sobre su cabeza mi palabra fulminante dicha en el Edén, mi condena irrevocable de que una mujer le aplastará la cabeza, por eso sabe que con ser aplastada la cabeza será derrotado su reino sobre la tierra, perderá su prestigio, y todo el mal que él hizo en el Edén por medio de una mujer, será rehecho por otra mujer, y si bien la Reina del Cielo lo debilitó, le aplastó la cabeza, y Yo mismo lo até a la cruz, y por eso no es más libre de hacer lo que quiere, sino sólo a quien desafortunadamente se acerca, de él hace desgarro; mucho más que ve que la voluntad humana no está sujeta a la Divina, y su reino no está formado todavía, teme que otra mujer tenga que terminar de quemarle las sienes para hacer que la condena divina tenga sobre su cabeza aplastada por el pié de la Inmaculada Reina su cumplimiento, porque sabe que cuando Yo hablo mi palabra tiene la virtud comunicativa a otras criaturas. Entonces, cuando se aseguró que Aquella a la que él temía era la Virgen Santísima, y no pudiéndola combatir más retomó su giro, está observando y como vigía para ver si otra mujer tiene el encargo de Dios, de hacer conocer la Divina Voluntad para hacerla reinar, y habiéndote visto escribir tanto sobre mi Fiat, la sola duda de que esto pudiera ser, ha levantado a todo el infierno contra ti, esta es la causa de todo lo que has sufrido, sirviéndose de hombres malvados, haciéndolos inventar calumnias y cosas que no existen. Entonces, al verte llorar tanto se ha persuadido que no eres tú quien puede llevarle la ruina que tanto teme para su reino diabólico.”
¡FIAT!
REPARACIÓN A JESÚS Y MARÍA
Con LAS 24 HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, HORA 24: 4 pm.
Hacer la Meditación de la Hora 24 acompañando a nuestra Madrecita Celestial cuando Depone a Su Hijo en el Sepulcro… ¡EN SU HORA DE MAYOR DOLOR!
GLORIA PATRI
ET FILIO ET SPIRITUI SANCTO
SICUT ERAT IN PRINCIPIO ET NUNC ET SEMPER
ET IN SAECULA SAECULORUM
AMEN.
FIAT / La llamada de Dios a la criatura a la vocación del amor.
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