Evangelio Abril 5, 2025

EL EVANGELIO DEL REINO DE LA VOLUNTAD DE DIOS ☀️ ¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?

EVANGELIOS

Diana Patricia Cuartas Calderón

4/5/202512 min read

LECTURAS DEL DÍA:

  • Primera Lectura

Jeremías 11,18-20:

Yo, como cordero manso, llevado al matadero.

  • Salmo 7:

Señor, Dios mío, a ti me acojo.


+ SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 7,40-53:

En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: "Éste es de verdad el profeta." Otros decían: "Éste es el Mesías." Pero otros decían: "¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?" Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.

Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: "¿Por qué no lo habéis traído?" Los guardias respondieron: "Jamás ha hablado nadie como ese hombre." Los fariseos les replicaron: "¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos." Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?" Ellos le replicaron: "¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas." Y se volvieron cada uno a su casa.

PALABRA DE DIOS

GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS


LECTURA DE LOS EVANGELIOS DEL REINO ☀️

  1. + EL POEMA DEL HOMBRE DIOS:

El Evangelio como me ha sido Revelado:

“Jesús se pone a predicar por centésima vez sobre la venida del Reino de Dios y la preparación de este Reino. Podría afirmar que repite amplificados por su fuerza, los mismos conceptos que dijo hace veinte años antes. Habla de la profecía de Daniel2, del Precursor que predijeron los profetas3, recuerda la estrella de los Sabios, la matanza de los inocentes. Hechas estas premisas para mostrar las señales de que el Mesías ha llegado ya a la tierra, cita para confirmar su venida las señales contemporáneas que acompañan al Mesías que enseña, como antes las otras acompañaron la llegada del Mesías encarnado, esto es, recuerda la contradicción que lo sigue, la muerte del Precursor, y los milagros que continuamente suceden, confirmando que Dios está con su Mesías. Jamás ataca a sus contrarios. Parece como si no los viera. Habla para confirmar en la fe a sus seguidores, iluminar el camino a los que, sin culpa, todavía no lo ven. Una voz áspera sale del extremo de la multitud: “¿Cómo puede Dios estar en tus milagros si acaecen en días prohibidos? Ayer mismo curaste a un leproso en el camino de Betfagé”. Jesús mira al que lo interrumpió, mas no le responde. Continúa hablando de la liberación del demonio que oprime a los hombres y del establecimiento del Reino del Mesías, Reino eterno, invencible, glorioso, perfecto. “¿Y cuándo será?” pregunta un escriba sonriendo maliciosamente. Y luego: “Sabemos que te quieres hacer rey. Pero un rey como Tú sería la ruina de Israel. ¿Dónde están tus fuerzas de rey? ¿Dónde tus ejércitos, tus tesoros, las alianzas? ¡Estás loco!” Y muchos de los que piensan como él, mueven su cabeza riendo con sorna. Un fariseo dice: “No está bien así. De este modo jamás lograremos comprender qué entienda Él por reino, leyes, manifestaciones que tendrá tal reino. ¿Y qué? ¿Acaso el antiguo reino de Israel inmediatamente fue perfecto como en los tiempos de David y Salomón? ¿No recordáis las vicisitudes y momentos negros, antes que brillase la ostentación de un rey perfecto?4

Para que hubiese existido el primer rey, fue necesario antes que existiese el hombre de Dios que lo ungió y para esto, hacer que Ana, la esposa de Elcana, no fuese más estéril, y que aceptase la inspiración de ofrecer el fruto de su vientre.5 Meditad en el canto de Ana. Es una lección para vuestra dureza y ceguera: “Nadie es santo como el Señor… No queráis proferir palabras altisonantes vanagloriándose… El Señor es el que hace morir y vivir… levanta al pobre… Él hace firmes los pasos de sus santos, y los impíos callarán porque el hombre de Dios no es fuerte por su fuerza, sino por la que le viene de Dios”. ¡Recordadlo! El Señor juzgará los confines de la tierra y entregará su mando a su rey y exaltará el poder a su Cristo”6. ¿No debía acaso descender de David el Mesías predicho? ¿Todo lo que aconteció desde Samuel en adelante, no son acaso anticipaciones del reino del Mesías? Tú, Maestro, ¿no desciendes acaso de David, y naciste en Belén?” pregunta a Jesús. “Tú lo has dicho” responde lacónicamente. “Entonces satisface nuestras esperanzas. Comprendes que callar no es cosa buena porque favorece las nubes de la duda que hay en los corazones”. “No de duda. De soberbia que es mucho más grave!. “¡Cómo! ¿Dudar de Ti es menos grave que ser soberbios?” “Sí. Porque la soberbia es lujuria de la mente. Y es el pecado mayor. Es el mismo pecado de Lucifer. Dios perdona muchas cosas, su Luz resplandece Amorosa para iluminar las ignorancias y ahuyentar las dudas, pero no perdona LA SOBERBIA QUE SE BURLA, CREYÉNDOSE SUPERIOR A Él”. “¿Quién dice entre nosotros que Dios sea más pequeño que nosotros? No blasfemamos…” gritan varios “No lo decís con los labios pero lo confirmáis con vuestras acciones. Queréis decir a Dios: No es posible que el Mesías sea un galileo, un hombre del pueblo. No es posible que sea éste”. ¿Qué cosa hay imposible para Dios?” La voz de Jesús parece un trueno. Si antes estaba un poco como decaído, apoyado como un mendigo sobre la columna, ahora se yergue, se separa de ella, levanta majestuosamente su cabeza y atraviesa la multitud con fulgurantes ojos. Todavía está sobre la grada, pero es como si estuviese en lo alto de un trono, tan Majestuoso es su Aspecto. La gente retrocede espantada, y nadie responde a la última pregunta. Luego un rabino, pequeño, rugoso, feo de cara como tal vez de alma, pregunta no sin reírse solapadamente: “La lujuria se realiza entre dos. ¿Con quién la realiza la mente? No es corpórea, cómo puede pecar lujuriosamente? ¿Siendo incorpórea con quien se junta para pecar?” y ríe arrastrando sus palabras y risilla. “¿Con quién? Con Satanás. La mente del soberbio fornica con Satanás contra Dios y contra el Amor”. “¿Y Lucifer con quién fornicó para convertirse en Satanás, si todavía no existía Satanás?” “Consigo mismo. Con su propio pensamiento inteligente y desordenado. ¿Qué cosa es la lujuria, oh escriba?” “Si… ya te lo dije. ¿Quién no sabe qué cosa es la lujuria? Todos la hemos experimentado…” “No eres un rabino sabio porque no conoces la esencia verdadera de este pecado común, triple fruto del mal. Así como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son la forma Trina del Amor. La lujuria es el desorden, ¡oh escriba! Desorden que guía una inteligencia libre y consciente, que sabe que su apetito es malo, pero quiere saciarlo igualmente. La lujuria es desorden y violencia contra las leyes naturales, contra la justicia y contra el amor para con Dios, para con nosotros mismos, para con nuestros hermanos. Y eso cualquier lujuria. La carnal, como la que ambiciona las riquezas y el poder de la tierra, como la de los que quisieran impedir al Mesías su misión porque andan tras una desmesurada ambición que tiembla de miedo al saber que voy a acabar con ella”. Un murmullo corre entre la gente, Gamaliel, que está solo en su alfombra, levanta la cabeza y mira fijamente a Jesús. “Pero cuándo vendrá el Reino de Dios? No has respondido…” ataca el fariseo de antes. “Cuando el Mesías esté en su trono que Israel le prepara. Un trono más alto que cualquier otro. Más alto que este mismo Templo”. “¿Pero dónde lo está preparando, que no se ve nada? ¿Podrá ser verdad que Roma permita que resurja Israel? ¿Se han hecho ciegas las águilas romanas para no ver la preparación?” “El Reino de Dios no viene con pompa. Sólo el ojo de Dios ve cómo se forma, porque el ojo de Dios lee en lo interior de los hombres, por esto no vais a buscar dónde está este Reino, dónde se prepara. No creéis a quien dice: “Se conjura en Batanea, se conjura en las cuevas del desierto de Engaddi, se conjura en las playas del mar”. El Reino de Dios está en vosotros, dentro de vosotros, en vuestro corazón que acepta la Ley que vino de los cielos como ley de verdadera Patria, ley, que al practicarla hace ciudadanos del Reino. Por esto antes de Mí vino Juan para que preparase los caminos de los corazones por los que debe penetrar Mi doctrina. Con la penitencia se preparan los caminos, con el Amor surgirá el Reino y caerán las cadenas de la esclavitud del pecado que estorban a los hombres la entrada al Reino de los Cielos”.

2Cfr. Dan. 9. 3Cfr. Is. 40, 3-8; Mal. 2, 17 – 3, 5 y 23-24. 4Cfr. 1 Rey. 8, 1; 3 Rey. 6Cfr. 1 Rey.2, 1-10. 233 10, 29. 5Cfr. 1 Rey. 1, 10-11 y 20. 232.

¡FIAT!


  1. + EL EVANGELIO DE NUESTRA MADRE CELESTIAL:

LA REINA DEL CIELO EN EL REINO DE LA DIVINA VOLUNTAD: Visita del Cielo, Día 27:

“Ahora, tú debes saber que la luz de la Divina Voluntad Me hacía ver cómo malamente y con cuánta ingratitud trataban a mi Hijo. Su paso lo dirigió hacia Jerusalén, su primera visita fue al templo santo, en el cual comenzó la serie de sus predicaciones. Pero, ¡ah, qué dolor! su Palabra llena de vida, portadora de paz, de amor y de orden, era escuchada y malamente interpretada, especialmente por los doctos y sabios de aquellos tiempos, y cuando mi Hijo decía que era el Hijo de Dios, el Verbo del Padre, Aquél que había venido a salvarlos, lo tomaban tan a mal, que con sus miradas furibundas lo querían devorar. ¡Oh! cómo sufría mi Amado Bien Jesús, su Palabra creadora, rechazada, le hacía sentir la muerte que daban a su Palabra Divina, y Yo era toda atención, toda ojos para mirar aquel Corazón Divino que sangraba y le ofrecía mi Materno Corazón para recibir las mismas heridas, para consolarlo y darle un apoyo en el acto en que estaba por sucumbir. ¡Oh! cuántas veces después de haber interrumpido su Palabra lo veía olvidado por todos, sin que ninguno le ofreciera un descanso, solo, solo, fuera de los muros de la ciudad, en despoblado, bajo el cielo estrellado, apoyado en un árbol, lo veía llorar, orar por la salvación de todos. Y tu Mamá hija querida, desde mi Casita lloraba junto, y en la luz del Fiat Divino le mandaba mis lágrimas como alivio, mis castos Abrazos y mis Besos para Reconfortarlo.”

¡FIAT

  1. EL EVANGELIO DEL REINO DE LA VOLUNTAD DIVINA:

Vol. 28-17 Julio 9, 1930:

(4) “Hija mía, no temas, Mi modo de Obrar es siempre Puro y Santo, cualquiera que sea, y aunque parezca extraño a las criaturas, porque toda la santidad no está en el acto externo del modo de obrar, sino depende de la fuente de la santidad interna de donde sale, y de los frutos que produce Mi modo de Obrar, si los frutos son Santos, ¿por qué querer juzgar Mi modo? Así me agradaba y por eso lo hacía. Por los frutos se conoce el árbol, si es bueno, mediocre o malo, y me disgusta sumamente que en vez de juzgar los frutos, han juzgado la corteza del árbol y no la sustancia y la vida del mismo árbol. Pobrecitos, qué cosa pueden comprender con mirar la corteza de Mis modos sin descender a los frutos que he Producido? Quedarán más a lo oscuro y pueden incurrir en la desgracia de los fariseos, que mirando en Mí la corteza de mis Obras y Palabras, no la sustancia de los frutos de mi Vida, permanecieron ciegos y terminaron con darme la muerte. Y además, ¿así se da un juicio, sin implorar la ayuda del Autor y Dador de las luces, y sin interpelar a aquella que con tanta facilidad ellos juzgan? Y además, qué males hacía Yo, y qué era lo que tú recibías cuando Yo vertía de mi boca en la tuya la fuentecita que salía de la fuente de mis amarguras que me dan las criaturas? No vertía en ti el pecado, sino parte de los efectos y por eso tú sentías la intensidad de las amarguras, la náusea, cómo es fea la culpa, y tú al sentir estos efectos aborrecías el pecado y comprendiendo por ello ¿Cuánto sufre tu Jesús, cambiabas tu ser, y también cada gota de tu sangre en reparación para tu Jesús. ¡Ah! tú no habrías amado tanto el sufrir para repararme si no hubieras sentido en ti los efectos de la culpa, y cuánto sufre tu Jesús al ser ofendido. Pueden decir que porque lo hacía de la boca, lo podía hacer de otra manera, pero así me agradaba. Yo he querido hacer contigo como un padre hace con su pequeña hija, porque pequeña se deja hacer lo que quiere, y su padre se vierte en su pequeña, con modos tan afectuosos y amorosos como si encontrase en ella su propia vida, porque sabe que nada rechazaría a su padre, aunque se requiriera el sacrificio de la propia vida. ¡Ah hija mía! Mi delito es siempre el Amor y es también el delito de quien me Ama; no encontrando otra materia de qué juzgar, juzgan mi demasiado Amor, y aquél de Mis hijos, que tal vez han puesto la vida por ellos mismos. Y además, ahora pueden juzgar como quieran, pero ¿Cuál no será su confusión cuando vengan ante Mí y conozcan con claridad que he sido propiamente Yo Aquél que he obrado en ese modo condenado por ellos, y que su juicio me ha impedido una gran Gloria mía, y un gran bien en medio a las criaturas, cual es el conocer con más claridad qué significa hacer mi Divina Voluntad y hacerla reinar? No hay delito más grave que el de impedir el bien, por eso hija mía, te recomiendo que no quieras turbarte ni alejar nada de lo que pasa entre Yo y tú, asegúrame que mi Obrar tenga su Cumplimiento en ti, no me quieras dar ningún dolor por parte tuya. Yo quería difundir el bien fuera de ti, pero la voluntad humana pone obstáculos a mis designios, por eso ruega que sea vencida la voluntad humana y que no quede sofocado el Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.”

¡FIAT!


REPARACIÓN A JESÚS

LAS 24 HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO: DECIMOQUINTA HORA, 7 a.m.

Jesús ante Herodes:

Mi Rey Divino, quiero repetir tus oraciones y reparaciones y acompañarte hasta Herodes. Veo que tus enemigos, enfurecidos, quisieran devorarte y te conducen entre insultos, burlas y befas, y así te hacen llegar ante Herodes, el cual en actitud soberbia te hace muchas preguntas, y Tú no respondes, no lo miras, y Herodes irritado porque no se ve satisfecho en su curiosidad y sintiéndose humillado por Tu prolongado silencio, dice a todos que eres un loco y sin juicio, y como a tal ordena que seas tratado, y para mofarse de Ti hace que seas vestido con una vestidura blanca y te entrega en las manos de los soldados para que te hagan lo peor que puedan. Inocente Jesús, ninguno encuentra culpa en Ti, sólo los judíos, porque su fingida religiosidad no merece que resplandezca en sus mentes la Luz de la Verdad. Mi Jesús, Sabiduría infinita, cuánto te Cuesta el haber sido declarado loco. Los soldados abusando de Ti te arrojan por tierra, te pisotean, te cubren de salivazos, te escarnecen, te golpean con palos, y son tantos los golpes que te sientes morir. Son tales y tantas las penas, los oprobios, las humillaciones que te hacen, que los ángeles lloran y se cubren el rostro con sus alas para no verlas. También yo, mi loquito Jesús, quiero llamarte loco, pero loco de Amor, y es tanta tu locura de Amor que en vez de ofenderte, Tú Ruegas y Reparas por las ambiciones de los reyes que ambicionan reinos para ruina de los pueblos, por las destrucciones que provocan, por tanta sangre que hacen derramar por sus caprichos, por todos los pecados de curiosidad y por las culpas cometidas en las cortes y en las milicias. Mi Jesús, cómo es tierno el verte en medio de tantos ultrajes orando y reparando, tus palabras repercuten en mi corazón y sigo lo que haces Tú. Y ahora deja que me ponga a tu lado y tome parte en tus penas y te consuele con mi amor, y alejándote a los enemigos, te tomo entre mis brazos para darte fuerzas y besarte la frente. Dulce amor mío, veo que no te dan reposo y que Herodes te envía nuevamente a Pilatos. Si doloroso ha sido el venir, más trágico será el regreso, porque veo que los judíos están más enfurecidos que antes y están resueltos a hacerte morir a cualquier precio. Por eso antes que salgas del palacio de Herodes quiero besarte, para testimoniarte mi amor en medio de tantas penas, y Tú fortifícame con tu beso y con tu bendición, y te sigo ante Pilatos”.

GLORIA PATRI

ET FILIO ET SPIRITUI SANCTO

SICUT ERAT IN PRINCIPIO ET NUNC ET SEMPER

ET IN SAECULA SAECULORUM

AMEN.